aun no puedo del todo largarme a callejear como sugiere el lector Munch, se que debiera y en verdad lo intento. en esto de reinventarse no sirven los registros acostumbrados ni los mismos puntos de vista. supongo por lo mismos los punzazos en la pierna izquierda, en el pecho, la descoyuntura de la espalda baja al estornudar. hay que despercudirse, y entonces largarme a observarlo todo de nuevo.
(recuerdo que la poeta Veronica de Nadie mutaba el nombre de la ciudad, proponiendo en vez un Nueva Yo. No puede ser mas precisa)
1 comentario:
Le mandé esto a Verónica de Nadie, que vive en un volcán en Ecuador, donde seguro se ha inventado otro nombre, ya despercudida de todo y de todos.
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