8 oct 2003

acción de arte


Mi torturadora soy yo. No una gran herida.
Pequeñas, muchas pequeñas marcas de cigarro
apagados en las muñecas
para no borrar a los que pasaron por mí
como ellos me borraron
Elegí amarlos intempestivamente, un segundo,
una hora, un día, sabiendo que no durarían nada.

Los deseé desde el miedo. Toque el vacío en sus cuerpos.
No los amé, pero quise hacerlo.
Ellos me olvidaron cruelmente. Ni una palabra de despedida.
Por eso las marcas me las hice yo. Para que al menos quedara algo

Mi torturadora fui yo. Bloqueé todos los mecanismos del amor
y tomé el camino contrario. Las migas de pan
para volver se las comieron los pájaros