15 sept 2011

besos con lengua

al fondo de tu lengua hay un lago y una brisa y un bosque y un cielo convulsionado, al fondo de tu lengua hay un abismo y no me importa, al fondo de tu lengua está otra vez tu lengua, pero apenas alcanzo a sentirla se resbala y me llega un soplo de la brisa, del olor de bosque, la frescura del lago, la sombra de las nubes, apenas el roce de las papilas gustativas y no alcanzo, no puedo, no llego a sorber saliva sin saber si es tuya o mía

14 ago 2011

dificultades a la hora de escribir

falta de espacio
desorden, dispersión, fútbol a altos vólumenes, roedores, dos cucarachas en la despensa, proyectos múltiples, vino, comida en exceso, lluvia, vida en exceso.
escribir cuando se puede y cuando se quiere, falta de planificación, falta de un fin en sí mismo, falta de ambiciones
faltas
delitos cometidos a cualquier hora del día, por error, vagancia o aburrimiento
en la zona cero, alrededor de la nada. un espiral de ruinas posmodernas que amenazan con borrarse a sí mismas
otras ruinas (futuras), dar vueltas alrededor de la nada a cualquier hora de la noche y la luna lo único real. dar vueltas alrededor del futuro y el pasado pasa
pasadizo de trajes y corbatas, zapatos negros de cordones a gran velocidad, gente mirando hacia arriba mientras camina hacia abajo, al subsuelo
exceso de roedores y de avisos publicitarios, exceso de consumidores alrededor del vacío
exceso de vacío

23 jun 2011

printing the libro

A mano, en dos impresoras distintas que no dan vuelta la hoja en forma automática, con tintas robadas, sin fumar para no distraerme, sin creerlo ni entender por qué he dilatado tanto este momento, con los nuevos cambios que le haré al libro en mente para después (en una edición futura), con fe y con música, con velas mejor para que ellos estén conmigo, y fumando porque hay y no se puede sino...Por fin!!!!

19 jun 2011

A lo pueta

Querido Toño:

Petipelado, fríes ajo, cebollas. Tintolio empinas con el codo dominguero. Rumor de olas, a lo lejos. Cuchara de palo revuelve también el asalto de anoche en Valparaíso, metamorfoseándolo para tecleo posterior, ¿me equivoco?

Por su parte, tecleo paralelo frente a pared de ladrillos; si el escribiente se levanta y mira hacia su izquierda verá el Hudson con sol otoñal cayéndole encima. Cosas raras, Pacheco. Aquí zapallos en flor de sopa, pasta verde, helados derritiéndose del frío. Desde que pegué las hojas del manuscrito en la pared no he pegado ojo. Las anotaciones en tinta roja aumentan…cada mañana brota una nueva indicación que sin coincidir en lo más mínimo con mi criterio (consciente), aporta luz al texto. ¿Te das cuenta Té de jazmín? Han regresado las pesadillas: páginas y páginas leídas en voz alta al momento de ser escritas; una ola las borra por completo, el despertar. ¿Será que escribo dormida? ¿Será que otros escriben mi sueño y yo les robo?

Patipelada en domingo espero tus recetas: ajíes en conserva y pez con agallas a lo pueta. Salud!

Alina

17 jun 2011

técnicas de despedida

abrazo y media vuelta
no mirar atrás

9 may 2011

insectario

En la piel se intersecta la ruta de animalejos diminutos, te confunden con muro tal vez, con tierra, con agujeros, y caminan trabajosamente a lo largo de tu geografía sin encontrar más alimento que el rojo aliento de tu vida. Compiten por quién bebe más, quién es el más furibundo chupador de venenos, recuerdos y sabias que te recorren.

Los insectos internándose en la piel, anexándola a sus inexorables rutas, marcando cada tramo con señales inalcanzables al ojo humano, inexactas. Alguien se encarga de transcribirlas en un tablero con los horarios de aquel micromundo.

Planeto rojo. 9am. Bienvenidos turistas, los trataremos intensamente, con un cuidado puntilloso y agudo (como nuestros dientes de hormigas, oh, perdón eso es un error que no debió salir en los anuncios)

Dulce de cada día. 11 am. No molestar. Do not disturb. Abejas obreras trabajando, no insistir, ya se lo advertimos, estaremos alertas con nuestras lancetas por si volvemos a verlo por acá.

(Palenque, agosto 2010)


6 abr 2011

Sleepwalkers

Tal vez porque el transeúnte está medio dormido:
—What are you doing?
—What is your problem?
—I thought you were a cop or something like that
—No
Y no lo parezco para nada, con abrigo verde y gorro de lana.
Estoy frente al MOMA y tomo nota de la intimidad de ciertos personajes urbanos proyectados en las paredes. Gente que parece solitaria. Mientras fuera de pantalla los vehículos, la gente, los ruidos de Manhattan, la soledad.
Escenas íntimas y por lo mismo, conmovedoras.
Un hombre durmiendo, los detalles de su respiración levantando la colcha de la cama.
Los dedos de una mujer acariciando la superficie de una pecera, una bailarina girando inútilmente, la verticalidad de los edificios.
Doug Aitken nos obliga a levantar la vista y ver la ciudad de una forma distinta —con el mismo vértigo al que ya estamos acostumbrados—. Cierto juego con las líneas verticales, el vértigo del agua cayendo o de alguien mirándose al espejo.
La coincidencia en dos vidas paralelas, dos hombres de distintos filmes que pueden coincidir a la hora de mirar por la ventana, verse al espejo, beber agua, o simplemente estar bajo el mismo cielo. ¿Coincidencias?
No, Aitken intercala espacios y hace a distintos personajes parecer el mismo en situaciones cotidianas de un día de sus vidas. Alguien viaja en bicicleta, todo gira y nosotros —los espectadores— vemos todo girar desde el estacionamiento del MOMA. Un hombre es negro y viaja en metro. El otro es blanco y se transporta en bicicleta. Ambos parecen confundirse en la ciudad, en medio de tanto tráfico y tantos edificios. Las imágenes filmadas por Aitken en un tiempo y espacio determinado, semi ficcionadas, dialogan con espacio y tiempo reales de la vida urbana.
Del Rockefeller caen los copos de nieve proyectados en la realidad. Los taxis en la pantalla contrastan con los vehículos reales. Los relojes con nuestro propio transcurrir puesto en duda.
Arte para todos los caminantes adormecidos.

(Notas enero del 2007)