Dos haces de luz azul cruzan el cielo hasta el infinito en Manhattan desde hace unos días. Sospechosa semejanza con los símbolos del facismo en Chile, que jugaba a intercalar el número 11 en la realidad cotidiana del traseúnte como una forma atroz de "celebrar" la fecha. Recuerdo una plazoleta cerca de Plaza Italia, vigilada por la policía, y una escultura con dos números tan claramente delineados: 1 y 1, que de tanto verlos pasaban inadvertidos. Mensajes subliminales de estos hijos de puta en dos puntos distintos del globo.
Nosotros lo "conmemoramos"; me faltarán hoy claveles rojos, las fotos de tantos rostros algo borrosos en las solapas de las ropas de sus familiares, me faltarán las marchas y hasta las bombas lacrimógenas que nunca han faltado en todos estos años. Por eso comienzo el día encendiendo velitas y con ganas de apiedrear la zona cero.
2 comentarios:
y aunque se parezcan conmemoran dos cosas distintas. En uno fue el estado terrorista atacando un gobierno legitimo, en el otro son un bunch de terroristas sin cara ni nación atacando un estado terrorista.
Fui sola a la estatua de Allende. Caminé por las calles llenas de pacos de fuerzas especiales que vestían un uniforme que parecía comprado en liquidación de gran tienda.
No quise comprar flores rojas en el puestito de NY con Ahumada.
Era la hora de almuerzo y las escaramuzas de la mañana ya habían pasado, aunque el olor a lagrimógena seguía.
Llegué al costado de La Moneda cuando un pequeño grupo de izquierda (no supe bien quiénes eran) gritaba "el pueblo unido". Me dió pena escuchar a 10 pelagatos tratando de convencer que esto puede ser distinto que sí hay un pueblo, que sólo está dormido.
Pero cuando me devolvía, había un tumulto de gente frente a una vitrina. Ahí sí que me dió pena. Veían un partido de fútbol de la selección...
Un abrazo,
G.
Publicar un comentario