por qué uno se demora tanto en corregir lo propio y tan poco en meterle mano a lo ajeno? la lluvia me obliga a detenerme varias horas en un café y volver una vez más a ciertos lugares, fechas y personas que creía olvidadas, pero no puedo olvidarlas porque deambulan por las páginas del manuscrito y, sobre todo, fuera de ellas. mientras voy tachando con rojo, escucho una palabra clave dicha por un señor que se encuentra en la barra: temazcal. no sé qué cara estropeada traeré, pero antes de irse me alarga su tarjeta en la que aparecen unas cabañas. aguas termales, meditación, naturaleza, tranquilidad, ofrece. le digo que quizás; si consigo compañía, me digo a mí misma, ya que no estoy para aparecer sola con el señor en un temazcal, por mucho que el cuerpo me pida a gritos un baño termal. se despide con un pase de reiki, según él -yo no siento nada-, invita el té verde, y sale a la lluvia.
(Informe enviado desde el café La Fermata del moro. el paraguas luce al lado, cerrado, resonsando)
2 comentarios:
tal vez no necesites el te verde, ni el temazcal,...solo un poco de dedicación a ti misma...hacer lo impensable, salirte a caminar mientras llueve a cántaros, y ver las caras de incredulidad de quienes te ven desde la protección de una marquesina esperando un taxi.
yo creo que un conjuro artístico con tus amigas de NY es más recomendable, así que estoy a tu disposición y llamaremos a Raquel para poner esa energía directa al sueño
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