14 ene 2006

omens/augurios

en el desvarío que ofrece el dolor recordé que había dado de fumar al ekeko solamente una jalada de cigarro y tuve que apagarlo para salir a la cena de año nuevo con una desazón. al otro día le prendí el resto del cigarrillo, miré sus pies quebrados por descuido poco antes de mi regreso al país. no eran los pies, para ser exactos se trataba de sus dedos.

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