30 sept 2006

pies en la tierra

ya no me desplazo levitando, mi tiempo ya no es del todo mío, trato de sacar cuentas, evitar la angustia, asegurar ingresos; aún espero la euforia que antes solía producirme nueva york, pero tal vez como no me emborracho, debo trabajar mañana, no consumo tanta yerba, no me dejo llevar por la ansiedad, el extasis no volverá. por mientras disfruto de placeres extraños, comidas sofisticadas y sin ningún componente animal, obras de arte perturbadoras -una de ellas casi me arranca una lágrima, otras me subieron la temperatura corporal-. la ciudad y mi espíritu exigen regresar a los paseos solitarios y terminar de corregir el libro que ocurre en los lugares que visito. es extraño también verlos así, como simples locaciones de la realidad. creo que todo se debe a que últimamente ya no confundo lo real con la ficción.

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