31 dic 2005
amarillo
los calzones que me regaló mamá para que este año no falte nada. el color de las paredes del cuarto en santiago de chile donde termino de ordenar el material escrito en este tiempo. el calor. el té de manzanilla. los taxis de new york, ciudad prestada parecida al Aleph de Borges en la que finalmente nada faltó. la luz derramándose sobre el rostro de los amigos. la flor del cactus que olvidé. el atardecer con Lloret quien recordaba dibujando con lápices de cera su garaje matucana en una mesa del toro. los recuerdos del año que se va. el gorrito del ekeko que en este preciso instante fuma por la familia, por mí, por los lectores que sin saberlo me protegieron en cada sobresalto.
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